Reseña bibliográfica Del extraño al cómplice (Joan-Carles Mélich)

 Reseña bibliográfica
Del extraño al cómplice (Joan-Carles Mélich)*
Yuly Andrea Rojas  Gamboa

(Imagen tomada de Internet)

A continuación se presenta  una reseña del libro Del extraño al cómplice del filósofo español Joan-Carles Mélich. En esta obra, el autor plantea una teoría filosófica que posibilita la comprensión de la vida cotidiana y el universo pedagógico.  

La propuesta  de este filósofo se organiza en tres partes, las cuales se subdividen. La primera, dedicada a la epistemología, concibiendo a esta como un metalenguaje y un saber acerca del saber. En este sentido de plantean  cuatro posibles formas de aprehensión de la realidad: la religión, el arte, la ciencia y la filosofía.

El autor se enfoca en la construcción de una filosofía educativa como una teoría científica que concibe al investigador como un intérprete que trata de comprender la sociedad, sometiendo las teorías para descubrir sus fallos y así refutarlas. Desde el punto de las ciencias humanas, la coherencia interna que tiene una teoría científica puede servir como punto de partida de una investigación y debe ser un modelo en constante revisión que incluye tareas básicas como describir, explicar, comprender, sugerir.

El objeto de estudio de la filosofía educativa es la realidad humana, entendida desde la fenomenología. De esta manera, la investigación fenomenológica se concibe como el estudio de la experiencia no conceptualizada teniendo en cuenta la conciencia, la intencionalidad. Este fundamento, permite entender la necesidad que tiene la pedagogía por desarrollar una habilidad hermenéutica para  interpretar los fenómenos del mundo de la vida. Esta necesidad fundamenta una pedagogía descriptiva.

Para este filósofo, el fenomenólogo de la educación tiene como objeto de estudio del eidos de la paideia. En este sentido, se trata de mostrar qué elementos resultan imprescindibles para que una práctica educativa pueda ser calificada como tal  y qué relación establecen dichos elementos. Con este planteamiento, adquiere gran relevancia la pedagogía descriptiva ya que esta debe encargarse del sentido de las acciones pedagógicas desde un ámbito del ser.
La segunda parte del libro se enfoca en la antropología. En este apartado, el autor define el concepto del mundo de la vida, el tiempo y el espacio humano, la corporeidad y las relaciones intersubjetivas que se producen en el mundo de la vida. Todos estos términos se encuentran relacionados con la paideia, en la que se encuentran los valores morales o axiológicos que dan sentido a la acción educativa.
Con lo anterior,  el hombre se encuentra en una realidad que se encuentra en su actitud natural. En este sentido,  adquiere gran importancia la espacio-temporalidad del mundo que recobra sentido de acuerdo al contexto.  Además, el humano se concibe como un ser educable y educado. Es necesario resaltar aquí  la importancia del cuerpo humano teniendo como fundamento una dimensión antropológica. En este sentido, se introduce el aspecto de la corporeidad que permite al sujeto  abrirse a serie de dimensiones sociales.
Desde esta perspectiva, la educación es dialógica y dialéctica. Los seres humanos actúan como corporeidades en el mundo, ejerciendo  un papel dinámico que  incluye la razón y lo ético. Todo esto se perfila bajo la mirada de la moral.
La tercera parte, se enfoca en la ética y estética. En este fragmento se abarca el estudio del fenoméno educativo teniendo en cuenta el tema de la ética como algo que no se puede reducir a la sociología, sino que debe ser de carácter más universal, proponiendo así una ética máxima. En este sentido, las relaciones en la manifestación estética deben llevar al sujeto a un proceso de construcción de sí mismo. Por lo tanto, el objeto fenómeno estético se relaciona con el fenómeno kathartico,  convirtiéndose en un cómplice. De esta manera, es que se hace necesario entender que estas relaciones  son violentas, ya que en ellas interactúan las tensiones entre valoraciones y categorías afectivas. En este sentido, la acción educativa debe tomar una filosofía moral como punto de partida que se relacione con la ética del rostro.
Finalmente, el autor aborda el problema del acceso ético a la realidad del otro teniendo en cuenta que la acción educativa presenta una relación de alteridad. Aparece la complicidad educativa basada en lo pasional y lo estético. Por lo tanto se afirma que las acciones sociales, morales y estéticas configuran la estructura de la educación.
La propuesta del libro Del extraño al cómplice del filósofo español Joan-Carles Mélich brinda grandes aportes al campo de la investigación, dando a conocer una reflexión sobre lo impertinente que resulta entender el fenómeno educativo sino se tiene en cuenta un enfoque Filosófico Antropológico que concibe al ser humano desde la moral, lo estético y lo simbólico. Desde esta perspectiva, se resalta las interacciones del sujeto que se llevan a cabo en el mundo de la vida y sobre las cuales se construye la identidad.

En conclusión, el trabajo investigativo propuesto por Mélich sobre la nueva concepción de la investigación en el ámbito educativo brinda bases necesarias que permiten a la semiótica fundamentar el sistema que compone el mundo de la vida.

*Reseña elaborada en las clases de la Maestría en Semiótica, Universidad Industrial de Santander, 2013. 

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