Comentario de los textos “Análisis semiótico del discurso”, capítulo 1, de Jacques Courtés y “Decir casi lo mismo”, capítulo 2, de Umberto Eco
Comentario de los
textos “Análisis semiótico del discurso”, capítulo 1, de Jacques Courtés y “Decir casi lo
mismo”, capítulo 2, de Umberto Eco*.
Lo que pretendo a continuación es exponer la siguiente tesis “La perspectiva sobre el análisis del signo propuesta por Jacques Courtés es opuesta a lo planteado por Umberto Eco”.
Para sustentar mi idea, me remito al trabajo expuesto por Courtés en el capítulo 1 de la obra “Análisis semiótico del discurso”. En esta, él retoma el trabajo realizado por el lingüista L. Hjelmslev respecto a la dicotomía Expresión-Contenido/ Significante-Significado, dentro de los cuales existe un desdoblamiento según la relación sustancia vs forma.
En este sentido, este semiólogo plantea que el lenguaje es un conjunto de significantes, es todo lo que actúa con la relación expresión-contenido. Courtés afirma que en el análisis de las lenguas naturales, un mismo significado puede corresponder a significantes totalmente diferentes. Esta idea es sustentada desde el ejercicio de traducir, en donde, por ejemplo, la idea de << casa>> para el idioma inglés está representada por la palabra house, o en francés, por maison. Para este caso, la sustancia de la expresión corresponde a los sonidos que conforman las palabras, la forma de la expresión es la estructura organizativa de cada uno de los fonemas h-o-u-s-e y m-a-i-s-o-n, en la forma del contenido se evidencia la idea que representan esas palabras, la cual corresponde a <<casa>> y finalmente se tiene la sustancia del contenido definida como un continuum amorfo de significación el cual se encuentra fuera del alcance de las ciencias del lenguaje. En este sentido se plantea que la misión de una buena traducción es encontrar y proponer equivalentes semánticos cuando se pasa de una lengua a otra.
Teniendo en cuenta esta perspectiva, la lengua se define como
una forma y no como una sustancia. La forma semiótica es la única
que depende del lenguaje mientras que la materia es presupuesta por la existencia de las formas. Por lo tanto,
la expresión y el contenido no pueden ser aprehendidos, al menos en el marco de
las ciencias del lenguaje, sino como forma.
En este sentido, Courtés argumenta que las ciencias del lenguaje como
la semiótica optan por estudiar las formas
de los signos.
Por otra parte, tenemos a Umberto eco, quien en su
texto Decir casi lo mismo, en el
capítulo “Del sistema al texto”, expone que
desde un punto de vista de la lengua como sistema, el lingüista al hacer
una traducción sólo considera las relaciones entre formas (Estructura de la
lengua) y no entre contenidos.
Frente a lo anterior, este autor, quien también
toma como base para su propuesta el análisis del signo de Hjelmslev, propone
entender que el ejercicio de la traducción no se produce entre sistemas sino
entre textos. Desde esta perspectiva, la
traducción se concibe como un producto de textos en el que una lengua asocia a distintas formas de la
expresión y a distintas formas del contenido. El traductor traduce siempre textos, es decir,
enunciados que aparecen en algún contexto lingüístico.
En este
sentido, para traducir un enunciado hay que formular una hipótesis sobre el
mundo posible que representa. El traductor al verter el texto de una lengua a
otra debe elegir la acepción o el sentido más probable, razonable y relevante
de ese contexto y en ese mundo posible.
En este orden de ideas, el texto se concibe como
una sustancia actuada. En el nivel de la
expresión hay más sustancias que permiten construir un sentido. Así por
ejemplo, en el caso de la frase la oveja negra de la familia no solo se toma en cuenta la sustancia de la
expresión estrictamente lingüística, sino que además se toma en cuenta
fenómenos lingüísticos, soluciones métricas y la rima. Y para el caso de la
sustancia del contenido, se toma en cuenta el contexto lingüístico en el que se
produjo la enunciación de esta frase. Así, en la traducción de esta frase a
otra lengua, la persona debe recurrir a todos los conocimientos lingüísticos en
el que se genera un proceso complicado para determinar el sentido de lo que se
dice. En este proceso, se evidencia una correlación con mundos posibles o
diferentes niveles de sentido que le permitirá al sujeto seleccionar el nivel o
los niveles adecuados para formular una hipótesis interpretativa sobre el mundo
posible.
Tomando en cuenta lo anterior, Eco expresa que el
texto es un fenómeno de la sustancia en la que se determina la sustancia de la
expresión y la sustancia del contenido para otorgar el sentido.
Finalmente, observamos dos posturas diferentes
sobre el análisis del signo. Por un lado, Courtés quien da prioridad a la forma
del signo para llegar a la sustancia. Por otra, Eco quien otorga importancia a la sustancia la cual plantea unas formas específicas
del signo.
*Comentario realizado en las clases de la Maestría en Semiótica, Universidad Industrial de Santander, 2013.
Bibliografía
COURTÉS, Jacques. “Análisis Semiótico del
Discurso”. Editorial Gredos. España. (1996)
ECO, Umberto. “Decir casi lo mismo”. Editorial
Debolsillo. España. (2009)
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